La familia Zesati ya estaba cas! en bancarrota, mientras que la familia Muñoz estaba en su mejor
momento.
Si Yolanda todavia llegara a casarse con el joven de la familia Zesati, ¿no sería como si les estuviera regalando su fortuna?
¿Cómo podría la hija de la familia Muñoz regalarles algo?
Pero si rompían el compromiso en ese momento, ¿qué pensarían los demás de la familia Muñoz?
Justo cuando la pareja se sentía angustiada, Yolanda se acercó y preguntó, “Papá, mamá, ¿por qué de esas caras tan largas?”
Alejandra suspiró y le contó a Yolanda lo que estaba pasando.
Yolanda, con los recuerdos de su vida pasada, recordó que la familia Zesati también había estado a punto de quebrar antes de volver a la Capital Nube.
Que la familia Zesati regresara en ese momento, en realidad, tenía sentido.
Yolanda frunció el ceño ligeramente y preguntó: “¿Qué diferencia hay entre lo que hace la familia Zesati y un sapo queriendo comerse la carne de un cisne?”
Además, ¡ella no era un cisne!
¡Ella era un fénix que volaba por los cielos!
¿Una familia a punto de quebrar queriendo casarse con ella?
¡Eso era soñar despiertos!
“¡Claro que si!” Dijo Alejandra continuando la conversación: “Cosas de hace años y todavia se acuerdan, ni siquiera se pesan para ver cuánto valen, y todavía se atreven a soñar con mi hija! ¡Qué sinvergüenzas!” Visit: 𝘙𝘦𝘢𝘥𝘨𝘰𝘰𝘥𝘧𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯.𝘤𝘰𝘮 for more stories
Yolanda añadió: “Padres, no se preocupen por esto, yo me encargaré de hablar con ellos. Estamos en el siglo XXI, la libertad en el matrimonio y en el amor es lo más importante. Pase lo que pase, no tiene nada que ver con ustedes.”
Habiendo renacido, con un as bajo la manga, ¡tenía que casarse con alguien importante o no se casaría en absoluto!
¡Se casaría solo con alguien a su altura!
¡Ella se casaría con el mismísimo Sr. Sebas, en la cima de la pirámide!
¡La pequeña Capital Nube no podía contenerla!
¿Qué era Basti Zesati, el quinto hijo de la familia Zesati?
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Aunque Basti era el quinto en la familia Zesati, no tenía nada que ver con el Sr. Sebas.
Si Basti fuera el Sr. Sebas, entonces la familia Zesati no estaria al borde de la bancarrota y buscando una alianza matrimonial para salvarse.
Además, Yolanda ya había comprobado con su as bajo la manga que la persona que apareció anoche en el salón de banquetes de la familia Muñoz era, sin duda, el Sr. Sebas.
Tenia que aferrarse a oll
No dejaria que la historia de su vida anterior se repitiera.
En ese momento, un sirviente entro diciendo, “Softor y señora, la abuela Zonati y la Sra. Zennti han llegado.”
“Por favor, háganlas pasar” Dijo David con una sonrisa en el rostro.
Poco después, dos figuras aparecieron en la sala.
La anciana que iba delante tenia el cabello blanco y el rostro lleno de arrugas. ConTEent bel0ngs to Nôv(e)lD/rama(.)Org .
La mujer que seguía detrás Irradiaba vitalidad, y su edad era dificil de discernir.
Una era la abuela de la familia Zesati y la otra mujer era la madre de Sebastián, Eva.
David se apresuró a salir a recibirlos.
“Abuela, Eva, ¿cuándo llegaron a la Capital Nube? ¿Por qué no avisaron con anticipación para prepararles una bienvenida?” Aunque por dentro despreciaba a la gente de la familia Zesati, aún tenia que mantener las apariencias.
Alejandra rápidamente pidió a los sirvientes que prepararan café.
La abuela Zesati dijo sonriendo: “David, ustedes dos son demasiado amables. ¿Ella es Yoli? ¡Qué hermosa se ha puesto la niña!”
“Abuela, es demasiado amable. Ella es solo una niñita que no está lista para la alta sociedad.”
¡Su hija era, por supuesto, excepcional!
¿Cómo podria Basti, el quinto de la familia Zesati, estar a la altura de su hija?
David ya se había burlado mentalmente de la abuela Zesati como unas diez mil veces.
¡La anciana realmente había vivido en vano por tantos años!
¡Ni siquiera se daba cuenta de la enorme diferencia entre las dos familias!
Estaban casi en la bancarrota y todavia tenían el descaro de venir a reconocer a los miembros de su familia politica.
Después de charlar durante un rato sobre cosas cotidianas, la abuela Zesati fue directo al grano, “David, entre nosotros no hay que andarse con rodeos, hoy venimos por el asunto de los dos jóvenes.”
David se hizo el desentendido: “¿El asunto de los dos jóvenes?”
La abuela Zesati continuó: “Es sobre el compromiso entre nuestro Sebastián y Yoli.”
En aquel momento, la familia Muñoz estaba al borde de la bancarrota y fue el jefe de la familia Zesati, Javier, quien los ayudó con una inversión y así salvaron a la familia Muñoz. Para mostrar su gratitud, la familia Muñoz prometió que si algún dia tenían una hija, la casarian con el quinto hijo de la familia
Zesati.
En ese momento, el quinto hijo Sebastián tenía solo cuatro años.